¡Y caracoles!
La vida es tan fácil
y yo sin darme cuenta,
luego en estas tristes situaciones;
¿para qué?
Qué tengo, como mucho tengo,
sí, mucho, mucho.
¿Sigues ahí?
No lo hagas.
Para sinsabores,
te paso mis sabores,
que son como razones,
y si quieres: como corazones.
¡Vamos, vamos! Si no hay nada,
sí, nada qué perder.
Pero si te agarro la mano…
La agarraré.
No es cosa de entender,
es cosa de sentir y aceptar;
porque no es bueno enloquecer ya loco,
menos si es por amar.
¿Y si nos vemos?
¿Nos vemos tristes?
Esperemos que no.
Espero que no.
Tú esperas que no.