He estado
otra vez
entre dioses.
¿Los envidio?
¿Los adoro?
¿Los amo?
¿Los…
… odio?
Me hacen sentir
lo grande
del universo;
me hacen sentir
diminuto,
quarkiano,
cuántico…
O nada.
¿Y entonces?
¿Qué soy?
Por más noches que loa adore,
o los aborrezca,
me vuelvo más alimaña,
una pulga entre pies divinos,
y no me salgo,
sino me adentro,
muy adentro,
sin encontrar salida,
escape,
escuchando su idioma
ininteligible
abstracto
demasiado maduro
para mis oídos de roedor…
… Y pienso,
ya que me quitaron todo,
empezando con mi dignidad,
¿por qué me querrán vivo?
Si me odian,
desprecían,
minusvalorab…
… Y siento miedo,
real miedo,
por sentir que algún día
podría dstar a su nivel,
pero es un pecado que
a mí
no me permitirán.
Veré cómo me ensucian todo;
veré como de mí se olvidan todo;
veré cómo me quitan todo.
Serán dioses mientras mis rezos
ni ruidos serán.
… Y veré sus rituales,
mientras pienso en no ver nunca más.