Estás en la pantalla de mi ordenador en estos momentos y no sé si tocarte o escribirte que te toco. Las dos opciones son inasequiblemente nefastas para este ente «preposmoderno».
Estás en la pantalla de mi ordenador en estos momentos y no sé si tocarte o escribirte que te toco. Las dos opciones son inasequiblemente nefastas para este ente «preposmoderno».