Tus labios rozaban los míos
cuando
un cometa apareció en el cielo;
a los segundos impactó en nuestro
mundo desintegrando toda señal de vida.
[…]
Chingado, no alcancé a «desvirgarme».
Tus labios rozaban los míos
cuando
un cometa apareció en el cielo;
a los segundos impactó en nuestro
mundo desintegrando toda señal de vida.
[…]
Chingado, no alcancé a «desvirgarme».