Suave es la ternura de la ansiedad
cuando ya no sientes nada.
Cuando no sientes nada,
la ansiedad es el remedio:
es la consciencia,
es tu diosa que profanaste,
aquella fervorosa,
aquella que te da el amoroso sabor a miel amarga.
Vivo te mantiene,
y como muerto te sostienes.