Te has puesto en medio de mi camino
ciervo blannco
y desaceleré para admirarte,
posar mis pensamientos en ti.
Lloré, lloré toda la noche
ahí
en la acotación de la autopista,
pero cuando volví a mirarte,
de ti ni pista.
Por eso cuando viajo,
prefiero encender el estéreo
a todo volumen.
Por eso no escucho
Canciones tristes.
Aunque, bueno…
Todo me recuerda a ti.
Intentar no mata, ¿no?