No sé si la noche me dice “Ya duérmete”
o la computadora me gime “Ya úsame”.
Suspiro.
Oprimo un botón,
y dejo que todos mis demonios
bailen su danza oscura,
mientras yo, aniquilándolos
poema
por
poema.
De paso te recuerdo.
De paso se siente Soledad.
De paso hago caso al fracaso.
De paso yo,
escuchando los pájaros cantar
y un gran dictador,
quemando mis pestañas,
dictando mi maldición
de vivir otro nuevo día.