
Aquella tarde hablamos
el lenguaje de los pájaros.
preámbulo de labios
con sabor a caramelo.
Mi cuerpo reconocía
la armonía de tus ojos
en medio de la calle,
y tus manos aún
acariciaban la textura del aire.
La palabra no nos bastaba:
Como melodía de parques
los versos de piel y tacto,
en medio de la multitud
era nuestra ofrenda a la belleza;
Un espacio de libertad
tuyo y mío,
de ti,
de mí,
nuestro.
En ese entonces,
Nos habitaba la inocencia,
los sueños joviales,
la risa de tu alma.
Pero el amor también
conoce el otoño:
Quedó tu imagen
navegando entre recuerdos.
Aquel momento de amor ahora en el recuerdo. Así es el amor. Así es la vida.
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Amén.
Y que las cosas salgan mejor.
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