Siluetas del ayer se hospedaron en mi mente
contándome que años han pasado
y mis alas no han crecido.
Esas siluetas revisten historias que incordian
me desquician, revuelven mis sentidos
volviéndome bruto, cavernario, insulso.
Siluetas y más siluetas, esas miles de siluetas
que toman las apariencias de mil caras
con brazos oscuros, voces que ya no procuro.
Quiero dormir y no ser acosado por esas siluetas,
descansar, por fin, agotado, pero libre de’llas,
de mi mente, de la carne… del Ser.
Volverán, ellas volverán, empero cerraré los ojos,
recordaré un alba, un bosque, montañas, lagos
y dormiré con la frescura de la imaginación…