Divertido, tocó al llamador varias veces, proporcionalmente a las que huyó al acudir el inquilino; así fue por días, semanas, y completas temporadas… hasta que, en una mañana sombría, el llamador llegó por él y fue la última vez que pudo correr.
Divertido, tocó al llamador varias veces, proporcionalmente a las que huyó al acudir el inquilino; así fue por días, semanas, y completas temporadas… hasta que, en una mañana sombría, el llamador llegó por él y fue la última vez que pudo correr.
Pues casi como me pasaba a mi de pequeña, jugábamos a llamar a los timbres y salir corriendo, un día nos estaba esperando una señora con cara de pocos amigos…😆
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¡Jajaja! 😆
Yo también me la viví de esas travesuras… hasta que pensé “¿qué tal si fuera mi mamá a quien le hicieran esto?”, y, pues, lo dejé de hacer 😁
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En mi casa también lo hacían, al final reíamos todos😆
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¡Qué belleza de memorias! ❤️
Siempre tuve una “metafísica” inclinación en portarme bien, pero también estaba ese lado pícaro que todavía lo mantengo; y con ello puedo decir que ese niño que está dentro de mí no ha desaparecido 🙃
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Es la esencia de la vida, recurrir a nuestro niño interor y con él y sus recuerdos volver a reír.
Un abrazo Diego🌹
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¡Otro abrazo para ti, Yvonne! ❤️
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