¡Sácame de este paroxismo!
Dispendio de obras naturales,
aletargando mis horas laborales.
Mis botas chocan,
chocan
y
chocan
tras el escritorio,
sacándome de quicio tal alta obsesión,
resucitando mis genes más bárbaros
de toscos nombres y sus diptongos,
matando con garrote a las mil posibilidades
en lo que pude haber sido
y no fue así.