Escribí mucho, mucho mucho…; hasta que me di cuenta que tenía a mi gato en vez de la pantalla.
Gané el nobel de la incongruencia.
Y fui feliz.
Escribí mucho, mucho mucho…; hasta que me di cuenta que tenía a mi gato en vez de la pantalla.
Gané el nobel de la incongruencia.
Y fui feliz.