Qué poesía tan vulgar.
Qué poesía tan llana,
simple,
infructuosa.
Olas sin color,
sol sin fulgor;
horizonte acartonado,
espacio sin estrellas.
Siento así mis versos,
achicopalados,
ni muertos ni vivos,
nada brillantes,
sólo están ahí,
como curas incómodos
que no prepararon la homilía,
o el albañil que sólo sabía cargar
sacos de cemento mientras silbaba.
Vulgar,
llano,
simple.
Pintor de grises
y de formas abstractas.
Simple.
Llano.
Vulgar.
Ideas refriteadas,
léxico pueril,
contenido vacuo,
y un sinfín de emociones sin devoción.
Ah, poesía,
triste llanto interno,
perdón por haberte manipulado
en este eterno invierno.