Rolando agarró su sotol y le dio un largo, e infinito, trago.
Mientras tanto, allá atrás, en la caldera donde se guisan los frijoles, cada partÃcula se quema, por el descuido de su torturador, aniquilando universos pre-existentes, sin saber que éstos existieron antes que los propios dioses.
Y después de algunos milenios, esa noche vomitó Rolando, pensando en su vieja, la que murió en otra vida, en otros sueños que se confunden con recuerdos
Creo que estás de lleno en el nihilismo…es un reto….quedarse o serlo con vigor…saludos
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Intento ser optimista en mis intermitencias entre el nihilismo y el existencialismo.
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