Billetes falsos llenos de promesas
andando de bolsillo a bolsillo,
ensanchando a algunos,
reduciendo a otros,
gozan de la impunidad del tiempo
y no son carne,
no tienen calcio,
ni sueñan como el mamífero existencialista…
Allá van, haciendo el camino al andar,
erigiendo torres con el símbolo de su valor,
robando de cada uno de sus esclavos el calor,
para perderlo en el vacío, así hasta con todo acabar.