Nací mestizo, sobre una tierra hostil, en una sociedad derrotada, cubierto de una bandera pisada por botas extranjeras.
Ni soy blanco como los de cuernos en la cabeza, ni soy moreno y frondoso para el gusto de las mujeres consumadas.
No canto a espíritus con mi boca, ni aguanto el calor como los peregrinos de aquel lejano desierto.
Sobran caras, pero faltan cuerpos; escucho voces, sin embargo débiles pensamientos.
No soy casta de reyes, falto de extremidades lascivamente largas, dueño de nada, pobre de todo.
Así somos.
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