Dos miembros
dentro de una mente frágil
discuten decisión dicotómica,
y ordinaria;
mientras el contenedor,
confundido entre dos mundos,
persiste en la interrupción;
las canas ahí están,
las arrugas escocen la piel,
los ojos miran nieblas más espesas,
y el corazón palpita sin promesas.