
La niebla estaba muy espesa, no podÃa ver más allá del espacio inmediato a él; al frente, atrás, a los lados, todo era de un blanco lechoso. No entendÃa qué hacÃa ahÃ, recordaba haber estado leyendo en su sillón favorito y de pronto escuchar una melodÃa apenas perceptible; después sintió algo muy extraño, un desprendimiento: se elevó y mientras flotaba vio que aún se encontraba en el sillón aferrado al libro. Se observó casi sin reconocerse, nunca antes se habÃa percibido de esa manera, como dos entidades completamente diferentes, desasociadas; una real y la otra un mero contenedor. Al elevarse se vio envuelto en un remolino, un caos de energÃa… Y se perdió para después encontrarse en… No lo sabÃa.
¿Cuánto llevaba en este «aquû? ¿Minutos?, ¿horas?
No sabÃa qué hacer. La desesperación lo agobiaba, y también el temor de estar perdido en ningún lugar. Decidió caminar, quizá llegarÃa a…
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