Segunda edición,
linda segunda edición.
Imagen tomada de Pinterest
En aquel,
en que el mar
y la tierra
se asomaron,
se encontraron,
y
se enamoraron;
el inicio de los inicios comenzó:
el hombre divino de los cielos
platicará con uno de sus súbditos alados
mientras sus ojos de avellana
inmolarán miles de recuerdos presentes;
su súbdito sonreirá cándidamente
y él mirará al suelo
con furia y rabia,
y una pizca de nostalgia,
hasta que unas diminutas campanas
entrelazadas con un velo blanco
tintineen…;
[…].
Y el cielo sube, y el cielo baja…;
[…].
Los ojos de Rodrigo,
apuntando hacia la novia,
buscan la mirada de la futura esposa
que, pomposa,
porta un par de pequeñas campanas…,
[…].
Pero el rojo amanecer se la llevó,
todas las idas e huidas quedaron estáticas,
tiempo y espacio se separaron,
aunque detenidos por una mano divina;
Rodrigo ve el vacío de la vida,
con sus ojos llora la triste…
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