.
El mito del eterno retorno (Repost) | Cuento (Ciencia Ficción)
(Colaboración mía en el colectivo de Ars Nebulae)
Lenny escuchaba el sensual sax de aquel hombre corpulento, con brazo robotizado, llamado Raoul; la manera en que presionaba las teclas; la presión de su boca sobre la pipa, su cara morena que se tornaba marrón; todo describía su vida en un estridente show nocturno.
Las luces de neón, como invasoras, acaparaban los colores del ambiente, mientras lo demás se oscurecía en su cara. La cara del ex drogadicto, Lenny Hogan, se desprendió de su cuerpo para trasladarse a otro tiempo, a otro espacio.
Ningún asistente daba cuenta de lo sucedido, ya que, todos se encontraban en la misma situación: eran protagonistas de alguna novela negra, algún drama o thriller, así que cada quien vivía su propio mundo, su propia historia.
Era seguro que la Muerte deambulaba por aquellos lugares, apuntando en su libreta fúnebre los nombres y destinos fatales de cada uno de los presentes.
La Muerte dejó una…
Ver la entrada original 133 palabras más
“Clase de 1984” (1982) | Reseña Cinematográfica
Clase de 1984, de Mark L. Lester, irónicamente fue desarrollada para el año 1982; esta película no trata de una simple enseñanza moral, es de una sangrienta venganza; es una película de culto, pero no por eso de gran persupuesto; no, no tiene nada que ver con George Orwell; bueno, tal vez un poquito; Clase de …
Poemas cortos dispersos (Repost) | Poemas
(Colaboración mía en el colectivo de Ars Nebulae)
Barras de neón
Me he hecho una barrera
ficcional,
con porros, barras de neón
y cervezas,
pero me ha sido nada funcional.
⊕
Aquellas lámparas
Aquellas lámparas
que iluminaban
ahora oscurecían
mis pensamientos;
y te vi desnuda.
⊕
Así no
Tomaba alcohol de aquel bote de aluminio
y me fijé en el orificio por el que se dispensaba
la cerveza:
Vi que mis penas nadaban en el mar amatista
y descubrí que de ahí no las ahogaría.
⊕
Boca bruja
Las siglas que tu boca señalaron me hicieron reír
y llorar cuando nadie me ve.
⊕
Cada personaje
Me doy cuenta que,
de la página veinte
a la trescientos veinte,
cada vicio
de cada personaje
eres tú.
⊗
Camarón que se duerme…
Encontré en mi auto
un desodorante olor a pino;
me teletransporté a un bosque,
miré a mi alrededor, sombrío,
fresco y silencioso, tomé
la espada que se encontraba
Ver la entrada original 16 palabras más
Tres cuentos cortos III – Ya los enumeraremos, mejor (Repost) | Cuentos
(Colaboración mía en el colectivo de Ars Nebulae)
Ámate si quieres amar a los demás… Y ve al cine también
He intentado amarte, pero me he dado cuenta que faltó amarme. Iré al cine a una cita conmigo mismo. No prometo serte fiel conmigo mismo.
Fin.
⊕
Una triste historia narrada por un inmortal adolescente enamorado
Ando por el mundo, vagando por él y buscando razones para quitarme este vestido de inmortal y cambiarlo por uno de muerte letal.
Ando que ando sin parar desde la Antigua Roma hasta la Akiwiki y al final reventar.
Andando, digo, he andado por tus rumbos y un sinfín de otros más, empero que la vida ya no es igual y estos ojos ajados, puertas del alma, viven de más.
⊗
El cuento que no cuenta
Y el relato empezaba así: “El Tribunal apreció cierta rigidez en su triste mirada”. Sin embargo, como el cuasicreador de esta historia quería escribir con excelencia el…
Ver la entrada original 97 palabras más
Otros tres poemas (Repost) | Poemas
(Colaboración mía en el colectivo de Ars Nebulae)
Las telas de tu recuerdo
Desperté envuelto dentro de una
Sábana rota y congelada,
soñando que no soñaba;
traté de levantarme,
de desenmordazarme,
pero,
me di cuenta,
lo analicé,
y pensé sin soñar que soñaba,
y que la sábana era dulce y frío dormir de mi pasado…
Y de tu recuerdo ajado.
⊕
Completa concentración al manejar
No sé si hace calor
o el aire acondicionado está averiado,
o los recuerdos de tus curvas solamente,
a lo largo de la carretera,
me han extasiado.
⊗
Porno secular
Dios me ha castigado
por no ensoñar cogiéndote toda la noche,
viniéndome en ti,
en tu cara,
mientras sonríes…
Y todo esto me trago,
hereje,
profano,
apócrifo,
jugando a las canicas
con mis testículos mientras pierdo,
y, sin ánimos de profesionalidad,
bateando pechos invisibles
con mi blando pene.
Por Albert Brown
©Todos los derechos reservados
Bienvenidos, bienvenidos
Bienvenidos, bienvenidos